Si me fijo bien y observo un poco me doy cuenta de pequeñas cosas, pequeños placeres que me hacen cada día más feliz, como el sonido de la espuma en la bañera, caminar por la orilla de la playa, mirar a esa persona especial y sonreír inconscientemente, sacarle una sonrisa a alguien que no lo está pasando bien, las manos de mi abuela, lamer las tapas de los yogures, un ataque de risa en mitad de una clase, coger una ola perfecta, mirar al cielo mientras caminas, mojar las oreo en leche, meter un gol, mirar fotos antiguas, decir lo mismo que otra persona a la vez y reírse juntos, estrenar algo que siempre habías querido tener y mil cosas más son las que te hacen sonreír o te ponen de mejor humor en tu día a día.
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